Ese es el saldo que finalmente ha deparado la corrida que al fin ha podido celebrarse en la plaza de toros de Villanueva del Arzobispo. Tras una mañana de lluvia, el sol no quiso perderse el festejo en el que, por primera vez en su carrera, José Carlos Venegas se encerraba con seis toros en una plaza; toros que, dicho sea de paso, aunque nobles, justitos de fuerza, siendo el primero un inválido total.
Nuestro paisano estuvo durante toda la tarde voluntarioso, valiente y con ganas de agradar al público que casi llenó el coso villanovense.
En el segundo fue volteado, quedándose bajo el cuerpo del toro que, finalmente, no hizo por él.
En el tercero, un burraco que resultó ser el mejor del encierro (junto con el cuarto), José Carlos toreó con temple, despacio, gustándose, pasándose al morlaco, literalmente, por la taleguilla y con mil y un desplantes y adornos en la testuz del astado, en una faena larga, sin prisas, en la que llegó a escuchar dos avisos. Mató de una entera que dio con el de Guadalmena en el alvero a los pocos segundos. Dos orejas de premio y el publico pidió insistentemente el rabo que no fue concedido por la presidencia.
La segunda parte de la corrida, más de lo mismo: un torero con ganas y buen hacer, y unos toros que, de haber tenido un poco más de fuerza, no hubieran hecho sino acrecentar el triunfo de José Carlos.
En resumen, seis orejas, una Puerta Grande más, y un torero que tiene todos los ingredientes para llegar a ser primera figura del panorama taurino.
Enhorabuena, TORERO !
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